Mala praxis científica

    Esta entrada tiene que ver con la Tarea 3 del curso ABAI-2, en la que se nos pide comentar algún caso de mala praxis científica que haya ocurrido en nuestra propia disciplina.
    En mi caso no me ha sido posible encontrar ningún concreto, pero sí que he encontrado un estudio que analiza la prevalencia de estas prácticas, los factores de riesgo y los correlatos de la mala conducta científica en la ciencia de la enfermería. De acuerdo con sus resultados, su prevalencia es similar a la de otros campos. En estudios con futuros graduados en enfermería, entre el 4 % y el 17 % admitieron falsificación o fabricación de datos, mientras que entre el 8,8 % y el 26,4 % reportan haber plagiado material.

Los factores de riesgo hallados fueron los siguientes: 

Nivel Macro (Sistema General de Investigación)

• Políticas de promoción académica: Aumentan la presión por publicar y producir resultados.
• Exigencia de financiamiento: Las instituciones dependen de subvenciones, lo que puede fomentar prácticas cuestionables.

 

Nivel Meso (Organizaciones y Grupos de Investigación)

• Clima institucional negativo: Entornos laborales poco éticos pueden incentivar malas prácticas.
• Presión institucional: Expectativas de obtener financiamiento y publicar pueden generar estrés y deshonestidad.
• Falta de supervisión y mentoría: La sobrecarga de trabajo limita la supervisión adecuada de jóvenes investigadores.
• Mala comunicación y ambiente poco colaborativo: Favorecen la desconfianza y el individualismo.

 

Nivel Micro (Investigadores Individuales)

• Competencia excesiva: Puede generar inseguridad y fomentar prácticas negligentes.
• Falta de formación ética: Investigadores sin educación en integridad científica tienen más riesgo de cometer malas prácticas.

 

   Estos factores de riesgo están interconectados en todos estos niveles. Por ejemplo, las políticas de promoción académica en el nivel macro generan presión en los niveles meso y micro. Estudios han encontrado que la presión institucional para obtener financiamiento influye en prácticas éticamente cuestionables. Además, un ambiente institucional negativo contribuye a comportamientos poco éticos.

   A nivel meso, otros factores incluyen la falta de supervisión, una comunicación deficiente y un ambiente laboral poco colaborativo. La competencia entre investigadores puede generar desconfianza y aumentar prácticas negligentes. También, incentivos financieros y la búsqueda de reconocimiento pueden fomentar el individualismo en lugar de una cultura de transparencia.

  La investigación sobre intervenciones para prevenir la mala conducta científica en enfermería es limitada, pero hallazgos en el campo de la medicina y las profesiones sanitarias afines sugieren que los códigos de honor, los programas de formación y la comunicación clara sobre los mecanismos de control y las consecuencias de la mala conducta mejoran el comportamiento ético.